"RINI": 18 AÑOS DE JUGADOR Y 37 DE ENFERMERO

Data: 15/12/1968

Font: hemeroteca.mundodeportivo.com

Autor: Juan Fontanet  Rovira  Víctor 

Text:
VIEJOS IDOLOS

"RINI": 18 AÑOS DE JUGADOR Y 37 DE ENFERMERO


Se suele decir de quien se distingue del común de la gente por su natural extremadamente bondadoso, que «es gran amigo de sus amigos». De Mariano Martínez Vallés, conocido por «Rini» en el mundillo futbolístico, pensé yo muchas veces que sería también gran amigo de sus enemigos, si los tuviera. Pero no puede tenerlos un hombre tan abierto, tan cordial, con tanta entrega, al que se le enrojecen las mejillas y se le humedecen los ojos cuando os habla.
«Rini», allá por los años veinte, siendo jugador del «Centre d'Esports» de Sans, era un muchacho desgarbado, zancudo, patizambo, tostado por el sol cosa nada de extrañar, pues su oficio era el de picapedrero, tenía la cara chica, los ojos pequeños y vivos, el pecho hundido y la espalda cargada. Ni por asomo un tipo de atleta, más bien la antítesis del atleta. Su estilo de jugador, en el puesto de extremo derecha, contrastaba con el de Piera, tan sobrio, o el de Pellicer, que era todo movilidad. «Rini» recibía los balones altos saltando y abriendo al mismo tiempo brazos y piernas, de tal suerte que daban la impresión de unas aspas de molino. Iniciaba, entonces, una carrera desenfrenada, desconcertante, vertiginosa, en zigs-zags extraños, con rebotes del balón en las piernas del jugador que lo marcaba o en las suyas propias, medio tropezando. Pero, ¡ay! del equipo que no acertaba a cortarle esos avances, porque «Rini» se internaba y chutaba a gol como pocos extremos.
Con «Rini» hemos charlado largamente, como viejos amigos que somos...
-Lo de «Rini», ¿por qué?
-Ni yo mismo lo sé. Ganas de ponerle motes a la gente. Yo no sé quién ni por qué me llamó «Rini», y en «Rini» me quedé para toda la vida.
-Su trayectoria futbolística...
-Muy larga. Del año, 1916 al 1927, en Sans, en su «Centre d'Esports», primero y en la «Unión Deportiva», más tarde, a partir de la fusión de aquél con el «Inter». Después, aunque en todos muy poco, cosa de una temporada, Español, Barcelona y «Patria», de Zaragoza. Hasta que lo dejé. Para entrar al poco tiempo en la que fue Mutual Deportiva de Cataluña, y ahora Delegación Catalana de la Mutualidad de Futbolistas Españoles.
-A usted, ¿quién le hizo entrar en la Mutual y para qué función?
-Me hicieron ingresar en la Mutual y fue para toda la vida, don José Plantada y el a la sazón presidente de la Federación Catalana de Fútbol, señor Suñol y Garriga. Mis funciones en la Mutual, conserje, enfermero, ayudante de lo que fuese. De todo un poco, y todo a gusto, con absoluta entrega.
-La idea y la obra de la Mutual, fue del doctor don Emilio Moragas, ¿verdad?
-La idea y la obra y el alma y el corazón, todo del ilustre médico y extraordinario deportista.
-El cuadro médico de ahora, es muy notable también, ¿no?
-Notabilísimo. Lo componen los doctores Cabot, Moragas, Navés, Rocosa, Cabanes, Coll, Izquierdo y Gispert, con numerosos ayudantes, entre ellos, mi hijo Mariano.
-¿Es cierto que los jugadores lesionados van confiadísimos a la Mutualidad?
-No se puede usted formar idea. Saben, unos por experiencia y otros por referencias, cómo van a ser tratados y atendidos. Y esto, lo mismo los profesionales que los aficionados, ya que todos gozan de los mismos derechos, estando en posesión de la licencia federativa.
-¿Sigue usted presenciando partidos de fútbol?
-Pues no. Llevo diez o doce años sin frecuentar nuestros campos. Me aburría mucho en ellos. Este fútbol con cuatro defensas y cuatro medios y prácticamente sin delanteros, no me va. Veo algún partido televisado, el último, el jugado contra Bélgica, y ya me dirá usted si aquello era fútbol.
-Fue usted seleccionado alguna vez?
-No, nunca. Y no me molesté por ello. Había otros extremos mejores que yo. Halagó, en cambio, mi pequeña dosis de vanidad, representar por tres veces a Cataluña: contra París, contra Praga y contra Zurich, y en una final de la Copa Principe de Asturias, disputada en el campo del Molinón, en Gijón.
-Tengo entendido que usted se ha distinguido siempre en la prestación de ayuada a un compañero, si lo ha necesitado...
-Pues si; antes, ahora y siempre, he sido un compañero leal, en el campo y fuera de él. Quien me vino a ver, me encontró. Las puertas de mi casa, están abiertas para todos.
-Digame, querido «Rini», para terminar, los nombres de algunos jugadores que merecieran junto con su admiración como tales, su particular estimación como amigos.
-Me pide usted algunos... y yo le nombraría docenas. Ha habido y creo que hay mucho bueno, en nuestro «gremio». Pero ahí van media docena: Eugenio Montesinos, que ha sido, para mi, uno de los mejores defensas españoles de todos los tiempos; Pedro Serra, otro gran zaguero, con excepcional juego de cabeza; Clemente Gracia, un centro delantero admirable asimismo por su juego de cabeza; dos grandes medios alas, uno derecha, Federico Soligó, y otro izquierda, Cándido Maurício, y, en fin, modelo de jugador y de hombre cabal, Agustin Sancho, a quien llevo siempre en mi corazón... y aquí, en mi cartera, en retrato, junto a los de mi mujer, mis hijos, y mis nietos. Y en los ojillos de «Rini», ya no tan vivos y expresivos como los tenía por los años veinte, yo aseguraría que asomaban unas lágrimas...

Juan FONTANET

Mariano Martínez «Rini» desempeña funciones de enfermero en la Mutual Deportiva (Foto VICTOR)

A un partido Europa-Sans, en el campo del Español - con parte de su famoso chalet al fondo -, corresponde esta foto, en la que ofrece un gran contraste el estilo espectacular de «Rini» y la sobriedad en el corte del que fue gran zaguero «europeísta», Francisco Alcoriza
(foto ROVIRA)