DOMINGO TORREDEFLOT FUE CAMPEON DE SEGUNDA DIVISION DE LIGA CON EL VALENCIA (1930-1931)
Data: 11/02/1968
Font: hemeroteca.mundodeportivo.com
Autor: Juan Fontanet
Text:
DOMINGO TORREDEFLOT FUE CAMPEON DE SEGUNDA DIVISION DE LIGA CON EL VALENCIA (1930-1931)
Valencia, la bella ciudad del Turia, no podía escapar, a últimos del pasado siglo o a principios de éste al influjo del deporte que, como reguero de pólvora se extendía por la piel de toro de España: el fútbol, que en todas partes prendia por modo irresistible. En el Norte como en el Sur, en el Este como en el Oeste, en las principales ciudades, en pueblos insignificantes, proliferaban los terrenos de juego terrenos duros, por supuesto. Se jugaba en los más de ellos por el placer de jugar de
correr detrás de un balón, sin orden ni concierto, de manera rudimentaria, sin atenerse a reglas que en realidad se desconocían, alineándose caprichosamente los equipos, que si eran de once, bien, y si menos, daba lo mismo. Pronto, sin embargo, en Barcelona, en Madrid, en Bilbao y en alguna que otra ciudad más, se fundaron sociedades para alentar la práctica del nuevo juego o deporte, se buscaron terrenos adecuados, se formaron equipos mixtos de nacionales y extranjeros, ingleses estos últimos en su mayoría, con algún que otro alemán o suizo...
En Valencia, esto, todavía tardó, pues se estuvo «divagando» una partida de años, durante los cuales todo se iba en tentativas, sin que cristalizara ninguna. Hasta que el año 1919 se fundó el Valencia. Pero a partir de entonces, Valencia, y toda la región valenciana, fue ya, plaza fuerte. Vino el ganar títulos, el dar jugadores a la selección nacional, el participar en torneos internacionales... En una palabra: Valencia «cuenta», y no para hacer «número», sino que es mirada con respeto, cuando no con temor, que de todo hubo a lo largo de estos últimos años.
En sus comienzos de club que contaba en el concierto futbolístico nacional, el equipo del Valencia se «nutría» exclusivamente de jugadores de la región, algunos de ellos, muy buenos -Montes, Salvador, Marin, Peral, Amorós, Rino, Cordellat...-. Se hacía preciso, no obstante, atraer a sus filas a jugadores de valía procedentes de otras regiones. Y se puso la vista en algunos de Barcelona: Pedret, guardameta del Sans; Roca, medio ala del Avenç del Sport; Reyes, defensa del Júpiter, iniciaron la «influencia» catalana en el Valencia. A estos tres siguió muy pronto Garrobé, del Europa, que antes, en el Júpiter, había formado con Reyes una de las mejores parejas de Cataluña. Estos cuatro jugadores fueron a modo de «adelantados». Porque luego siguieron Torredeflot, Moliner y Bertolí, del Sans; Melenchón, del Granollers; Costa, del Palafrugell; Buqué, del San Andrés; Sastre, del Español... Posteriormente, la «influencia» catalana en el Valencia -extendida, entre otros clubs de la región, al Hércules de Alicante y al Castellón, se trocó en «influencia» vasca, y es justo reconocer que con ella el Valencia alcanzó su máximo prestigio, sus más resonantes triunfos. ... Pero hoy, de lo que se trata, ante esta nueva edición de los apasionantes Barcelona Valencia, es de que nos cuente algo de su estancia en la ciudad del Turia, un jugador que, salido de aquí, volvió y aquí está: Domingo Torredeflot. Mas... ¿dónde encontrarle? Bastó llamar a la Unión Deportiva de Sans y preguntárselo a un viejo buen amigo: el señor Baguñá, una «institución» en el club de la populosa barriada. Fue él quien nos puso sobre la «pista» de Torredeflot, y he aquí lo charlado en su domicilio, en la gratísima compañía de su familia, que, para ser completa, sólo faltaban los dos nietos que alegran el hogar, uno de ellos, varón, y de nombre Domingo, como el padre y como el abuelo...
-¿Cuándo fue usted al Valencia, amigo Torredeflot? ¿Quién lo llevó?
-Fui el año 1928, y me llevó don Luis Colina, alma del Valencia por espacio de 25 años, más, y, en mi entender, quien puso al Valencia en el privilegiado lugar que ocupa. Fue coser y cantar. Me citó en el Hotel Regina, de la calle de Vergara, y en un momento nos pusimos de acuerdo.
-¿Usted procedía del Sans...?
-Si. hijo de esta barriada, jugué en el Sans, con mi hermano, que lo hacía de defensa. Yo marché al Valencia y él pasó al Gerona.
-Muchas temporadas, en el Valencia?
-Siete. Fueron, creo, los mejores años de mi vida futbolistica. Atendido, considerado, mimado puede decirse en el terreno de juego y fuera de él. «Me tira» tanto, todavía, el Valencia, y la ciudad, con él, que, cuando puedo, voy a ella por unos días con mi mujer...
-¿Contribuyó usted, con su personal esfuerzo, a la obtención de algún título?
-Uno, que fue importantísimo, por su trascendencia, para la historia del Club: el de campeón de Segunda División de Liga, la temporada 1930-31, con lo que se consiguió el ascenso automático a Primera. Y faltó tanto así para ser campeón de Copa el año 1934, cuya final, jugada en Montjuich, perdimos por 2-1 contra el Madrid, tras ir adelantados 1-0, tanto, el nuestro, marcado por Vilanova...
-¿Qué jugadores, del Valencia y de su época de jugador valencianista, recuerda usted como los de más clase?
-Fueron bastantes, la verdad... Pero la defensa Torregaray, Pasarin, por ejemplo, fue notabilisima; Molina, un medio centro extraordinario; Costa, un interior finísimo...
«Antes se ponía mas corazón en el juego; ahora tal vez mas cerebro»
-¿Qué diferencia aprecia usted entre aquel fútbol y el de ahora?
-Mire usted... Yo creo que antes poníamos más corazón, el juego; ahora, quizás más cerebro. -Jugadores «cerebrales», como usted ha dicho, reconozca que los ha habido siempre.
-Si, ya sé: un René Petit, un Piera, un Samitier; últimamente un Kubala, un Di Stefano. Pero estos jugadores han sido la excepción de una regla; y yo me he querido referir... al estado llano, que es el que abunda en todas las épocas.
-Usted, después del Valencia, jugó en el Barcelona: ¿siguió haciéndolo de exterior derecha?
-Sí y no... Verá usted. Yo, en el Valencia, como antes en el Sans, jugué siempre de exterior derecha; pero cuando pasé al Barcelona temporada 1935-36- ocupaba dicho puesto Vantolrá, que tenía un juego tremendo, y por esto se me alineó indistintamente en uno y en otro lado. Había firmado también para la temporada siguiente, pero estalló la guerra y dejé definitivamente el fútbol. -¿Junto a qué interiores actuó usted más a gusto, más compenetrado?
-En el Valencia, aunque los tuve muy buenos, creo que como Gaspar Rubio y «Seve» Goiburu, ninguno. Y en el Barcelona, me encantó jugar al lado de Enrique Fernández precisamente interior izquierdo...
«Mister Greenwell, el mejor entrenador que yo conocí»
-¿De qué entrenadores cree usted haber recibido más provechosas lecciones?
-Sin duda de míster Greenwell, estando en el Valencia. Era un gran entrenador y una gran persona, que había sido jugador y entrenador del Barcelona y se expresaba siempre en un catalán un tanto pintoresco, que rebosaba simpatía.
«Me duele en el alma la situación crítica del Sans»
-¿Sigue usted las actuaciones de sus antiguos clubs?
-Si, y me duele en el alma la actual crítica situación del Sans, y me alegran entristecen, según les va, las actuaciones del Valencia y del Barcelona,
-Ante el partido del domingo, entre estos últimos, ¿por cuál se inclina usted?
-Verá usted... -y Torredeflot calla, como dudoso y vacilante.
-¿Conflicto entre dos deberes, quizás?
-No, no son propiamente deberes, sino más bien sentimientos, inclinaciones, que comparto, por igual, se lo aseguro, entre el Valencia y el Barcelona.
-Así, pues...
-Diré, según se suele: ¡Que gane el mejor!
Toda la familia Torredeflot, sentada alrededor de la mesa del comedor de cuyas paredes cuelgan retratos y equipos del Sans, del Valencia y del Barcelona, asiente a las últimas palabras del abuelo. Bueno, todos, no. Porque el yerno, con el mayor disimulo, nos guiña picarescamente el ojo y, por lo bajo, dice: «pues mí, que gane el «Barça», aunque el Valencia...». Juan Fontanet
En «Las Provincias», el gran diario de la capital, Tormo publicó las caricaturas de los jugadores del Valencia que se proclamaron campeones de la Segunda División de Liga de la temporada 1930-31. De izquierda a derecha -en alineación que no corresponde a la mantenida en el terreno de juego- están Sánchez, Cano, Torregaray, Melenchón, Molina, Abdón,Conde, Vilanova,Navarro y Torredeflot.
Este equipo es el que llevó al Valencia a Primera División la temporada 1931-32.en su formación normal,a saber: Nebot o Cano, guardametas; Melenchón y Torregaray defensas; Abdón, Molina y Conde, medios; y Torrecfeflot, Navarro. Vilanova, Costa y Sánchez, delanteros.;
Antes de dar comienzo un partido, estos tres jugadores catalanes militantes en el equipo valencianista, pósaron en el centro del terreno. Son, de izquierda e derecha, Torredeflot,Costa y Melenchón
Font: hemeroteca.mundodeportivo.com
Autor: Juan Fontanet
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DOMINGO TORREDEFLOT FUE CAMPEON DE SEGUNDA DIVISION DE LIGA CON EL VALENCIA (1930-1931)
Valencia, la bella ciudad del Turia, no podía escapar, a últimos del pasado siglo o a principios de éste al influjo del deporte que, como reguero de pólvora se extendía por la piel de toro de España: el fútbol, que en todas partes prendia por modo irresistible. En el Norte como en el Sur, en el Este como en el Oeste, en las principales ciudades, en pueblos insignificantes, proliferaban los terrenos de juego terrenos duros, por supuesto. Se jugaba en los más de ellos por el placer de jugar de
correr detrás de un balón, sin orden ni concierto, de manera rudimentaria, sin atenerse a reglas que en realidad se desconocían, alineándose caprichosamente los equipos, que si eran de once, bien, y si menos, daba lo mismo. Pronto, sin embargo, en Barcelona, en Madrid, en Bilbao y en alguna que otra ciudad más, se fundaron sociedades para alentar la práctica del nuevo juego o deporte, se buscaron terrenos adecuados, se formaron equipos mixtos de nacionales y extranjeros, ingleses estos últimos en su mayoría, con algún que otro alemán o suizo...
En Valencia, esto, todavía tardó, pues se estuvo «divagando» una partida de años, durante los cuales todo se iba en tentativas, sin que cristalizara ninguna. Hasta que el año 1919 se fundó el Valencia. Pero a partir de entonces, Valencia, y toda la región valenciana, fue ya, plaza fuerte. Vino el ganar títulos, el dar jugadores a la selección nacional, el participar en torneos internacionales... En una palabra: Valencia «cuenta», y no para hacer «número», sino que es mirada con respeto, cuando no con temor, que de todo hubo a lo largo de estos últimos años.
En sus comienzos de club que contaba en el concierto futbolístico nacional, el equipo del Valencia se «nutría» exclusivamente de jugadores de la región, algunos de ellos, muy buenos -Montes, Salvador, Marin, Peral, Amorós, Rino, Cordellat...-. Se hacía preciso, no obstante, atraer a sus filas a jugadores de valía procedentes de otras regiones. Y se puso la vista en algunos de Barcelona: Pedret, guardameta del Sans; Roca, medio ala del Avenç del Sport; Reyes, defensa del Júpiter, iniciaron la «influencia» catalana en el Valencia. A estos tres siguió muy pronto Garrobé, del Europa, que antes, en el Júpiter, había formado con Reyes una de las mejores parejas de Cataluña. Estos cuatro jugadores fueron a modo de «adelantados». Porque luego siguieron Torredeflot, Moliner y Bertolí, del Sans; Melenchón, del Granollers; Costa, del Palafrugell; Buqué, del San Andrés; Sastre, del Español... Posteriormente, la «influencia» catalana en el Valencia -extendida, entre otros clubs de la región, al Hércules de Alicante y al Castellón, se trocó en «influencia» vasca, y es justo reconocer que con ella el Valencia alcanzó su máximo prestigio, sus más resonantes triunfos. ... Pero hoy, de lo que se trata, ante esta nueva edición de los apasionantes Barcelona Valencia, es de que nos cuente algo de su estancia en la ciudad del Turia, un jugador que, salido de aquí, volvió y aquí está: Domingo Torredeflot. Mas... ¿dónde encontrarle? Bastó llamar a la Unión Deportiva de Sans y preguntárselo a un viejo buen amigo: el señor Baguñá, una «institución» en el club de la populosa barriada. Fue él quien nos puso sobre la «pista» de Torredeflot, y he aquí lo charlado en su domicilio, en la gratísima compañía de su familia, que, para ser completa, sólo faltaban los dos nietos que alegran el hogar, uno de ellos, varón, y de nombre Domingo, como el padre y como el abuelo...
-¿Cuándo fue usted al Valencia, amigo Torredeflot? ¿Quién lo llevó?
-Fui el año 1928, y me llevó don Luis Colina, alma del Valencia por espacio de 25 años, más, y, en mi entender, quien puso al Valencia en el privilegiado lugar que ocupa. Fue coser y cantar. Me citó en el Hotel Regina, de la calle de Vergara, y en un momento nos pusimos de acuerdo.
-¿Usted procedía del Sans...?
-Si. hijo de esta barriada, jugué en el Sans, con mi hermano, que lo hacía de defensa. Yo marché al Valencia y él pasó al Gerona.
-Muchas temporadas, en el Valencia?
-Siete. Fueron, creo, los mejores años de mi vida futbolistica. Atendido, considerado, mimado puede decirse en el terreno de juego y fuera de él. «Me tira» tanto, todavía, el Valencia, y la ciudad, con él, que, cuando puedo, voy a ella por unos días con mi mujer...
-¿Contribuyó usted, con su personal esfuerzo, a la obtención de algún título?
-Uno, que fue importantísimo, por su trascendencia, para la historia del Club: el de campeón de Segunda División de Liga, la temporada 1930-31, con lo que se consiguió el ascenso automático a Primera. Y faltó tanto así para ser campeón de Copa el año 1934, cuya final, jugada en Montjuich, perdimos por 2-1 contra el Madrid, tras ir adelantados 1-0, tanto, el nuestro, marcado por Vilanova...
-¿Qué jugadores, del Valencia y de su época de jugador valencianista, recuerda usted como los de más clase?
-Fueron bastantes, la verdad... Pero la defensa Torregaray, Pasarin, por ejemplo, fue notabilisima; Molina, un medio centro extraordinario; Costa, un interior finísimo...
«Antes se ponía mas corazón en el juego; ahora tal vez mas cerebro»
-¿Qué diferencia aprecia usted entre aquel fútbol y el de ahora?
-Mire usted... Yo creo que antes poníamos más corazón, el juego; ahora, quizás más cerebro. -Jugadores «cerebrales», como usted ha dicho, reconozca que los ha habido siempre.
-Si, ya sé: un René Petit, un Piera, un Samitier; últimamente un Kubala, un Di Stefano. Pero estos jugadores han sido la excepción de una regla; y yo me he querido referir... al estado llano, que es el que abunda en todas las épocas.
-Usted, después del Valencia, jugó en el Barcelona: ¿siguió haciéndolo de exterior derecha?
-Sí y no... Verá usted. Yo, en el Valencia, como antes en el Sans, jugué siempre de exterior derecha; pero cuando pasé al Barcelona temporada 1935-36- ocupaba dicho puesto Vantolrá, que tenía un juego tremendo, y por esto se me alineó indistintamente en uno y en otro lado. Había firmado también para la temporada siguiente, pero estalló la guerra y dejé definitivamente el fútbol. -¿Junto a qué interiores actuó usted más a gusto, más compenetrado?
-En el Valencia, aunque los tuve muy buenos, creo que como Gaspar Rubio y «Seve» Goiburu, ninguno. Y en el Barcelona, me encantó jugar al lado de Enrique Fernández precisamente interior izquierdo...
«Mister Greenwell, el mejor entrenador que yo conocí»
-¿De qué entrenadores cree usted haber recibido más provechosas lecciones?
-Sin duda de míster Greenwell, estando en el Valencia. Era un gran entrenador y una gran persona, que había sido jugador y entrenador del Barcelona y se expresaba siempre en un catalán un tanto pintoresco, que rebosaba simpatía.
«Me duele en el alma la situación crítica del Sans»
-¿Sigue usted las actuaciones de sus antiguos clubs?
-Si, y me duele en el alma la actual crítica situación del Sans, y me alegran entristecen, según les va, las actuaciones del Valencia y del Barcelona,
-Ante el partido del domingo, entre estos últimos, ¿por cuál se inclina usted?
-Verá usted... -y Torredeflot calla, como dudoso y vacilante.
-¿Conflicto entre dos deberes, quizás?
-No, no son propiamente deberes, sino más bien sentimientos, inclinaciones, que comparto, por igual, se lo aseguro, entre el Valencia y el Barcelona.
-Así, pues...
-Diré, según se suele: ¡Que gane el mejor!
Toda la familia Torredeflot, sentada alrededor de la mesa del comedor de cuyas paredes cuelgan retratos y equipos del Sans, del Valencia y del Barcelona, asiente a las últimas palabras del abuelo. Bueno, todos, no. Porque el yerno, con el mayor disimulo, nos guiña picarescamente el ojo y, por lo bajo, dice: «pues mí, que gane el «Barça», aunque el Valencia...». Juan Fontanet
En «Las Provincias», el gran diario de la capital, Tormo publicó las caricaturas de los jugadores del Valencia que se proclamaron campeones de la Segunda División de Liga de la temporada 1930-31. De izquierda a derecha -en alineación que no corresponde a la mantenida en el terreno de juego- están Sánchez, Cano, Torregaray, Melenchón, Molina, Abdón,Conde, Vilanova,Navarro y Torredeflot.
Este equipo es el que llevó al Valencia a Primera División la temporada 1931-32.en su formación normal,a saber: Nebot o Cano, guardametas; Melenchón y Torregaray defensas; Abdón, Molina y Conde, medios; y Torrecfeflot, Navarro. Vilanova, Costa y Sánchez, delanteros.;
Antes de dar comienzo un partido, estos tres jugadores catalanes militantes en el equipo valencianista, pósaron en el centro del terreno. Son, de izquierda e derecha, Torredeflot,Costa y Melenchón